Gobernanza empresarial, gobernanza personal
Javier Zabala Director Luminis consejeros
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Javier Zabala
La opinión pública está justificadamente hasta la coronilla por los eventos de colusión empresarial (caso tissue), falta de probidad en los organismos públicos (desfalco en Carabineros), o pérdida de principios de los partidos políticos (financiamiento de campañas, o actividades financieras PS y PC). Una respuesta necesaria por parte de los directores de estas organizaciones es mejorar su gobernanza institucional, de la que se habla, escribe e incluso comienza a enseñarse más y más. Sin embargo, cabe preguntarse ¿qué rol tuvo la “gobernanza personal” de cada individuo tentado por estos ilícitos?, ¿cómo seleccionar a ejecutivos y directores que la posean?, ¿y cómo desarrollarla?
El autor Fredy Hausammann plantea que los altos gerentes y directores de organizaciones (públicas o privadas) pueden mejorar sus propias vidas y de pasada la gobernanza empresarial, si se enfocan en conocer y trabajar seria y profundamente los aspectos de su gobernanza personal. Incluso al inverso, plantea que solo se puede lograr una gobernanza empresarial sólida y sostenible si las personas a cargo de la organización muestran gobernanza personal sólida. Se colige que si los comportamientos de altos responsables organizacionales mostraran mayor gobernanza personal, no se producirían estas profundas vergüenzas empresariales, sociales y políticas.
El autor plantea que la gobernanza personal es una forma de auto conducción y de desarrollo personal permanente. La califica como un contrato sicológico con uno mismo, donde nos auto imponemos ciertas expectativas en cuanto a nuestras acciones y compromisos. La gobernanza personal incorpora las necesidades, habilidades, preferencias y metas del individuo, en sus esferas personales y profesionales, sin desatender a ninguna de las dos.
Los siete componentes que Hausammann propone son establecer una misión personal alcanzable y que sirva como leitmotiv, y ser consciente del sistema de valores propios y sus consecuencias éticas. Comprometerse con una sana auto-reflexión y con un continuo autodesarrollo, gestionar la exposición al stress, equilibrar los intereses a nivel personal y laboral, y finalmente ser consciente de la reputación que se crea.
En próximas columnas comentaremos un poco más de estos conceptos a nivel individual, pero cerramos remarcando otro aspecto que conecta ambas gobernanzas. El facilitar que los empleados de una empresa logren gobernanza individual también es responsabilidad de los dueños, directores, y mentores empresariales. Pues los líderes son quienes diseñan organizaciones que en lo que son, hacen y buscan lograr, idealmente facilitan -y definitivamente no bloquean- las condiciones para una buena gobernanza personal y empresarial.